Lo he vuelto a hacer, me he dejado guiar por el desconocimiento y el deseo de tener algo en Linux, en este caso la aplicación oficial de GitHub, y he publicado un artículo sin tener las bases suficientes para ello, o al menos, conocer la opinión de personas con el conocimiento necesario para emitir un criterio bien fundamentado.
Recientemente he visto varios videos de preguntas que le han hecho a Linus Torvalds, y por lo menos el video donde hace acto de presencia en el DebConf14, me ha aclarado un poco las ideas. Me explico.
¿Por qué Linux no triunfa en el escritorio?
Es una de las preguntas recurrentes que le hacen a Linus Torvalds y su respuesta siempre es la misma: por el sistema de empaquetado. Pero mas allá del sistema de empaquetado, por la propia filosofía de algunas distribuciones. No solo entiendo lo que Linus responde, sino que comparto al 100% su opinión.
Muchos piensan que Linux no ha triunfado en el escritorio porque tenemos GTK o QT, GNOME o KDE, etc.. y en realidad ese no es el problema. El problema está en que si nos ponemos desde el lado de un desarrollador, se hace muy difícil mantener los paquetes en GNU/Linux. Para que se entienda mejor, pongamos como ejemplo la propia aplicación de GitHub, eso si, pondré mi ejemplo teniendo en cuenta que no sé como funcionan las librerías (compartidas o no) en la mayoría de los Sistemas Operativo.
Primer ejemplo, el desarrollador hace una versión para OSX. Teniendo en cuenta que los usuarios de OSX cambian todos los años de ordenador, o que es muy probable que tengan instalado la última versión de OSX, no es problema mantener un paquete, pues lo compilas con las librerías que usa la última versión y por si acaso, a lo mejor lo compilas para una versión anterior. Y ya está. Existe un 99% de probabilidad de que la mayor parte de los usuarios de OSX puedan usar la aplicación sin problema alguno.
Segundo ejemplo, el desarrollador hace una versión para Windows. Pasa algo muy similar con OSX, Microsoft casi que te obliga a que uses sus últimas versiones, y aunque todavía hay usuarios en Windows XP, tendremos la garantía de que una aplicación debe funcionar al menos en las últimas dos versiones, dígase Windows 10 y Windows 8. Si un paquete en específico presenta problema, seguro que le añaden el .dll necesario y listo.
Pero entonces llegamos a Linux. El desarrollador tiene que hacer una versión para Debian, Ubuntu, Fedora, Archlinux, RedHat, Slackware, etc.. etc.. etc.. pero es peor la cosa, porque como Ubuntu por ejemplo, tiene varias versiones entre LTS y no LTS, entonces tiene que compilar para las versiones 14.04, 14.10, 15.04, 15.10.. y así sucesivamente hasta que llegue la nueva LTS y se repita el proceso. A esto le sumamos que tenemos a DNF, Pacman, APT, YUM, y muchos otros gestores de paquetes que funcionan de forma diferente, con reglas, controles y políticas diferentes. Y ahora Ubuntu viene a ponerle la tapa al pomo con otra más, Snappy creo que se llama.
La solución sería usar un solo gestor de paquetes en todas las distribuciones, si, pero seguiría quedando el problema de la diferencia de versiones entre las librerías, por lo que es posible que instalemos un paquete hoy que mañana deje de funcionar porque la librería que usa es más nueva o se quedó atrasada. Entonces llega la otra solución, hacer algo como en Windows y OSX y que cada paquete tenga sus propias librerías, y entonces pasamos al problema de que LibreOffice por ejemplo, pasaría de pesar de casi 100Mb a muchos cientos más en dependencia del tamaño de las librerías que necesite.
Y es aquí señores, donde radica el problema del Escritorio de Linux, es acá donde tenemos la respuesta a la gran interrogante. Aquí es donde está el principal freno para Linux no triunfe en el escritorio. Eso sin contar lo del monopolio, y los equipos preinstalados y bla bla bla.. ¿Qué haremos al respecto? Ni idea, pero mientras esto siga así, seamos nerdillos felices y no nos preocupemos si el vecino puede o quiere usar lo que nosotros usamos.
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